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EL REY UZÍAS (Devocional No. 060)

EL REY UZÍAS DEVOCIONAL
(Pastores Gonzalo y Andrea Sanabria)

Al comenzar su reinado, Uzías tomó la firme decisión de ir en pos de Dios. La palabra persistir aquí nos enseña que durante ése tiempo el rey Uzías vivió para buscar a Dios. El vrs. 5 nos dice que el rey Uzías “persistió”, la raíz de éste término hebreo significa: respirar; ser (en sentido de existencia), acontecer, llegar a ser, existir. 

Así pues, Uzías existía para buscar a Dios, era su pasión, era la razón de vida en su juventud y llegó a hacerse altamente poderoso. Buscar a Dios debe ser un estilo de vida…




EL REY UZÍAS (Devocional No. 060):

“… De dieciséis años era Uzías cuando comenzó a reinar, y cincuenta y dos años reinó en Jerusalén... E hizo lo recto ante los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que había hecho Amasías su padre. Y persistió en buscar a Dios en los días de Zacarías, entendido en visiones de Dios; y en estos días que buscó a Jehová, él le prosperó”, 2 Crónicas 26:1-5.

Buscar a Dios ¿qué significa aquí? No podemos negar que ésta es una frase casi de moda. Pero vamos un poco más allá, a la luz del texto leído. El término hebreo usado aquí para buscar, traduce además: indagar, consultar, preguntar, requerir, frecuentar, pisar, seguir. Es pues, ir en pos de Dios mismo y conocer todo lo posible acerca de él. Él término hebreo es darásh y en algunos pasajes se traduce adorar.

Procuremos caminar con otros buscadores de Dios. Zacarías era un profeta (vidente). Su nombre, Zacarías significa: Dios se ha acordado, el Señor ha traído a memoria. Por supuesto, Dios no olvida nada, y nada se le pasa por alto, pero Zacarías era un hombre de intimidad con Dios, era un hombre que atraía la mirada de Dios. Cómo profeta del Señor, su oído estaba desarrollado y ejercitado para discernir la voz del Altísimo.

Zacarías era entendido en visiones. Esto significa que hacía distinción, separaba, comprendía, era un hombre prudente, inteligente por la sabiduría que de Dios tenía, había sido adiestrado, capacitado en lo profético. 

Al moverse en un ambiente profético, es decir del Espíritu, veía en el espíritu, es importante tener en cuenta que dice: “entendido en visiones de Dios” (no eran las de él, eran las que Dios le permitía ver). Por esa pasión por Dios, Zacarías inició a Uzías en los caminos del Señor.


La visión de Dios va de la mano con el conocimiento de la Escritura. El 1 de Samuel 3:1, dice así: El joven Samuel ministraba a Jehová en presencia de Elí; y la palabra de Jehová escaseaba en aquellos días; no había visión con frecuencia”. Cuando hay escasez de la Palabra de Dios, hay escasez de una correcta visión de Dios. Cuando hay escasez de Su Palabra, los caminos por donde andamos son oscuros, pues la Escritura dice: “Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino”.

La prosperidad es integral y la quiere Dios para sus hijos, el texto que leemos dice: “en estos días que buscó a Jehová, él le prospero”, aquí el término hebreo usado para prosperar es tsaleaj que significa también: triunfar, prosperar, ser efectivo. 

Al ver la vida de Uzías vemos que Dios lo prosperó de manera integral: creció espiritualmente, venció a sus enemigos, edificó ciudades, tuvo muchos ganados y una extensa agricultura, y un gran ejército armado con lo mejor y más avanzado del momento.

Al observar la Escritura, vemos que los buenos reyes fueron aquellos que buscaron a Dios, y estos reyes piadosos fueron prósperos en todo. El rey Uzías, un día abandonó la decisión que había tomado (buscar a Dios), y su corazón se rebeló contra Dios, y este fue el motivo de su ruina: Mas cuando ya era fuerte, su corazón se enalteció para su ruina; porque se rebeló contra Jehová su Dios” (2 Crónicas 26:16). 




Dios nos bendice por buscarlo, pero la bendición no debe ser la prioridad, amar y seguir a Dios es lo más importante.  

Reflexión final: Después de la salvación, el don más preciado que el hombre puede tener, es un corazón cuya satisfacción sea buscar el rostro de su Dios; después de la preciosa sangre del Cordero de Dios, la mayor bendición y privilegio de un hombre es mantener una buena comunión con su Dios.

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